El fraude de las calaveras de cristal
No cabe duda de que cuando deseamos creer en algo las
evidencias sobran, pero cuando se trata de aclarar unos casos las
evidencias deben ser puntuales.
Uno de los casos ya muchas veces aclarado pero que para los traficantes
de misterios sigue siendo su gran estandarte
que confirmaría entre otras cosas, Vida fuera de la Tierra, una
humanidad anterior a la actual, la
Atlántida y hasta los poderes
paranormales de los objetos.
Sí, estamos hablando de la calavera de cristal de Mitchell
Hedges, un interesante objeto que ha desatado los más calurosos debates tanto por su origen como por sus
supuestos poderes paranormales
La verdadera historia de la Calavera de Mitchell Hedges) es
muy interesante y controversial dirían los divulgadores de mitos y es que la Calavera
de cristal de cuarzo era la
última esperanza de una evidencia genuina, y la única razón para creer esto es que la hija de Mitchell Hedges, Anna mientras vivió se rehusó a permitir un estudio
oficial para determinar su origen. Pero eso si la presentaba en reuniones del
New Age
Pero no fue sino hasta el año de 2007 cuando su viudo, llevó la calavera al museo
Smithsoniano de historia natural donde se le realizaron análisis extensos. El
museo británico más recientemente también realizo estudios y se confirmó lo que
se sospechaba: un fraude con una historia digna de las aventuras de Indiana Jones
La verdadera historia de la Calavera Mitchell Hedges comienza con otra calavera de cristal que se
encontraba en el Museo Británico, y de la cual copiara el falsificador de la Calavera de Mitchell Hedges . El Museo Británico adquirió una calavera de
cristal en 1898, coincidentemente justo después de que hubieran sido inventadas
las herramientas que hacían posible tallar tales enseres. En la actualidad se
sabe que fue en esa misma época que varios artilugios de cristal fraudulentos
fueron vendidos a algunos museos.
La calavera del Museo Británico, fue más tarde revelada como un fraude, pero
en la década de los treintas aún se creía que era genuina y era orgullosamente
expuesta en el museo.
Con base en los estudios realizados por el museo
Smithsoniano a la Calavera Mitchell
Hedges , se pudo concluir que el
falsificador de la misma copió la del Museo Británico con el fin de hacer la
suya parecer más auténtica. Originalmente la Calavera Mitchell Hedges perteneció a un hombre llamado Sydney Burney,
de quien se tiene registros que pasó diez años tratando sin éxito de venderla a
varias personas. Terminó vendiéndola en 1943 a un miembro del público en una subasta
de Sotheby's en Londres. ¿El comprador? Si,
Frederick Mitchell Hedges
De hecho existe la
carta que Frederick escribiera a su
hermano justo después de comprar la calavera en la subasta, y en la cual expresa
su emoción por su nueva adquisición. Sin embargo y de manera descarada Cinco
años más tarde, en un periódico local, Frederick alardeaba de haber encontrado él mismo la
calavera durante una expedición a Centroamérica.
Hay que tomar en cuenta que al igual que muchos farsantes
pseudo antropólogos de hoy día Frederick Mitchell Hedges era un reconocido cuentista y muy seguido
vendía sus imaginativas historias a los periódicos de Hearst. En estas
historias dónde él mismo solía ser el protagonista y solía contar historias de
haber atrapado animales nunca antes vistos; batallas contra monstruos marinos;
historias de tiburones antropófagos, así como las típicas anécdotas de
pescadores.
De hecho en su libro
"El Peligro, mi Aliado", contó anécdotas de haber descubierto tierras
y grupos humanos desconocidos, así como de haber luchado contra todo tipo de
peligros de la jungla. Más tarde personas que visitaron los lugares donde él
dijo haber estado, publicaron editoriales desenmascarándolo públicamente
Se demostró que Frederick Mitchell Hedges falsificó un evento bizarro que incluía un
supuesto robo y varias cabezas reducidas. Incluso perdió una muy comentada
demanda por difamación concerniente a éste evento.
Lo malo de decir mentiras
es que luego resulta difícil recordar las, en el caso de Frederick Mitchell Hedges existen varias versiones acerca del descubrimiento de la Calavera y ninguna
coincide con las demás, su hija adoptiva Anna trató de explicar la
discrepancia en su sitio web:
"En 1943 MItchell-Hedges se vio envuelto en otra
controversia que sigue viva actualmente en algunas partes. En los tiempos
anteriores a las alarmas contra robo, no era inusual dejar artículos valiosos
con amistades si uno se ausentaba por largos periodos de tiempo.
Mitchell-Hedges hizo esto con un amigo de la escuela, Sidney
Burney, quien siempre mostró interés en la Calavera de Cristal. Sin embargo, en
1943, Burney inexplicablemente puso la Calavera de Cristal a subasta en
Sotheby's de Londres.
Mitchell-Hedges se enteró de ésta justo el día anterior y se
enfureció tanto que por un tiempo le fue imposible hablar. Incapaz de contactar
a Burney, se levantó el día siguiente a las 5 a.m. y viajó a Londres para
recuperar su propiedad.
Sotheby's le informó que el vendedor era el hijo de Sidney
Burney. Cuando se rehusaron a retirarla de la subasta, Mitchell-Hedges se dio
cuenta de que la manera más sencilla de recuperar su propiedad era comprarla.
Lo que hizo por 400 libras."
Buena explicación pero ¿por qué si entonces
tuvo la calavera durante 10 años nunca había hablado de ella? En la carta que le envía a su hermano le dice que
es una adquisición reciente.
Por su parte Anna se pasó el resto de su vida tratando de
vender la calavera. Contrató a un hombre llamado Frank Dorland, comerciante de
arte, quien hizo publicidad a la calavera para que ella pudiese venderla.
Dorland había trabajado con Frederick Mitchell Hedges en el pasado tratando de vender otro de sus
objetos, que también resultó ser falso.
Ella y Dorland firmaron un acuerdo en julio de 1964 según el
cual él haría publicidad a la calavera y el precio de venta no debía ser menor
a 50,000 dólares.
Dorland se puso manos a la obra tratando de hacer que todo
luciera muy oficial, incluyendo el inventar una historia diferente para el
descubrimiento de la calavera. Por eso fue que por primera vez Anna declaró haber sido ella,
no su padre, quien descubriera
la calavera. Se colocó a si misma
como la protagonista de la historia diciendo que había acompañado a su padre a
una expedición en un región de
Belice donde ella gracias a su pequeña
complexión de niña pudo bajar a rescatar
la calavera en dos intentos uno por cada pieza que componen la dichosa calavera. Hecho que nadie
más mencionó en los 30 años anteriores.
De esta manera Anna se volvió la única persona capaz de
establecer el origen de la calavera, algo que un potencial comprador querría,
especialmente un museo. Y dado que todos los demás involucrados estaban muertos
para esas fechas, no había nadie capaz de contradecir la nueva historia.
La historia debía tomar tonos místicos para hacerla más
deseada por lo que se contrataron a un par de escritores que darían peso a esta
facultad del artefacto de cristal.
Así nacieron los libros de Gavin Richards la calavera de
cristal y Frenología de Sybil Leek que
darían sustento y aire científico a la calavera.
He aquí un fragmento de lo que Dorland envió a Anna acerca
del escritor que quería para uno de los libros.
"He convencido a Dick Garvin (escritor que vende) que
vale la pena el porcentaje para usted y yo, y que usted proporcione la
información. Esto lo hace un mejor libro, hace más dinero para todos. La
calavera no se vende, se la usa de esta manera y en apariciones públicas para
incrementar las ventas y generar interés. (OC 276, folder #11 –
3/10/1970)"
Los libros hacen declaraciones extravagantes acerca del
origen y poderes de las calaveras de cristal, y siendo escritos en lo más
álgido del movimiento New Age tuvieron una audiencia entusiasta y por supuesto poca
crítica.
Durante todos esos años trataron desesperadamente de vender
la calavera. El problema era que, debido a todas las falsificaciones, los
museos estaban pidiendo ahora validar las calaveras antes de comprarlas. Algo
que Anna no estaba dispuesta a hacer. ¿Sería porque de antemano sabía que era
falsa?
Una carta del Museo Británico a Anna muestra que las
negociaciones se detuvieron cuando el curador se enteró de la verdadera
historia de la calavera.
En conclusión, se ha demostrado que todas las calaveras de
cristal conocidas son fraudes. La última
en analizar fue considerada
posiblemente genuina solo porque, hasta recientemente, no se había permitido
que se la examinarla.
Por lo tanto consideremos estos hechos
Anna Nunca quiso someter la calavera a ningún análisis
científico.
Hedges compró su calavera en una subasta en Sotheby's en 1943 por 400£.
Sabemos que una calavera casi idéntica (tanto que los
antropólogos físicos piensan que el modelo para tallarlas era el mismo) fue hecha con herramientas modernas.
Ninguna calavera aparece antes de finales del siglo XIX.
Lubaantún sito maya que se supone había sido descubierta por
Hedges ya se menciona desde 1915
Ni Mitchell Hedges ni
sus colaboradores mencionan a Anna en
las expediciones aun cuan cuando algunos de ellos tomaban apuntes y fotografías
Ninguna calavera aparece antes de que comiencen las
importaciones francesas de cristal de roca de Madagascar o Brasil
Las calaveras más importantes se han podido rastrear hasta Eugène Boban, arqueólogo Francés radicado en México y conocido por su afición a falsificar
piezas.
Sobre el estilo de la calavera, no tiene nada que ver con arte
precolombino y mucho menos maya o mexica.
Con esto queda aclarado el supuesto misterio de las calavera
de cristal y con ello las demás hipótesis de las calaveras y las leyendas que
las respaldaban. Ya ni hablar de la leyenda de las 13 calaveras.
Sitos
Bibliografía
CARROLL, R.T. "Crystal Skulls". Artículo en The
Skeptic´s Dictionary. http://skepdic.com
JONES, M. Fake?: the art of deception. Catálogo de la
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NICKELL, J. y FISCHER, J.F.Secrets of the Supernatural:
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http://www.britishmuseum.org/research/news/studying_the_crystal_skull.aspx